En Valdivia, en Valparaíso, en Santiago, donde quiera que fuese que esté instalado parte del Gobierno, del sistema político del momento, observamos, escuchamos, determinamos que allí está el poder, lo actual, “ la última palabra” que, al igual que algunos grupos etarios que disfrutan con sus vocablos exclusivos que constituyen uno de los grandes referentes y que con gran ingenio han dicho “clotió”, “capotió”, “sacó jugo” o “guatió” , utilizan como moda en cada discurso, a instancias de un cabezudo letrado, algunos vocablos o giros idiomáticos que, si el resto de la población no busca en Google, rápidamente el nuevo significado, estamos obligados a la marginación de esta modernidad.
¡Qué sabio fue el gran ensayista español, José Ortega y Gasset, quien en su libro La rebelión de la masas, escrito en el primer tercio del siglo XX, predijo el prototipo del hombre contemporáneo!
Deseo referirme específicamente a un puñado de términos idiomáticos eufemísticos en los que la manipulación se afinca; hemos escuchado decir: “ evento”, “tema país”, “empoderar”, “posicionar”, “levantar una propuesta”, “instalar capacidades”, “abrir el diálogo”, “perfilar”, “viable”, “viabilidad”, “transparentar”, entre otros, con los que en general se pretende dar un barniz de proyectividad social y de modernidad.
Pero donde el cinismo llega a extremos tales que podríamos hacer un ensayo sociológico acerca de la perversidad, está en los términos “flexibilidad laboral” y “desvinculación”. Esta última, creo que colma todas las acciones que tiendan a tolerar y entender de la mejor manera estos nuevos insumos lingüísticos.
“¿Flexibilidad laboral?”, una gran frase, que elegantemente significa que las leyes laborales, los derechos de los trabajadores y algunos principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos son solamente afirmaciones de buena crianza y que concretamente ,significa que te echan cuando quieren y,” desvincular”, forma elegante de decirte que ya no tienes trabajo.
Melita Velásquez Weisse
Profesora de Estado en Castellano.
melitavelasquez@gmail.com
(Nota gentileza del “El Semanario)
miércoles, 6 de mayo de 2009
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